En las sesiones, me gusta mucho disparar un gran número de fotos para después poder seleccionar a mi gusto en el ordenador. He llegado a disparar más de 700 fotos en una sesión de pareja y en cambio en otras no he llegado a las 300 fotos. Esto es así porque depende mucho de la localización, de las condiciones de luz, de la cantidad de gente que haya y sobretodo, de la pareja. En cualquier caso, prefiero hacer muchas fotos y después borrar las que considere peores que llegar a casa, ponerme a visualizarlas y sentir que tengo poco material o que podría haber hecho una mayor variedad de fotos.

Después de hacer la selección de las fotos, las edito con Lightroom. Todo lo que entrego y está subido a la web y redes sociales es editado por mi. No utilizo Photoshop, tan sólo veces muy concretas para quitar algo del fondo que estropea mucho la foto (una señal, una persona, una luz…). En la edición, me centro en dar vida a la imagen. Le doy calidez, color y contraste a las fotos, ya que sin editar las encuentro algo apagadas. Todas las fotos de una misma sesión las edito de forma similar para que mantengan un estilo común.

En muchas ocasiones la edición no está del todo valorada y en mi caso, existe una gran diferencia entre una foto editada y no editada. Por eso, me ha parecido buena idea poner unos ejemplos del antes y después de la misma foto para que lo comprobéis vosotros mismos (desliza la barra de izquierda a derecha).